Tal vez por ahora, sólo por ahora no podré cambiar el mundo. Pero lo que más me importa es que el mundo no me cambie a mi...

domingo, 15 de mayo de 2011

Mi sangre, muerta y herida, implora un poco de atención. Busca la flor de todos los sentidos, esa que difícilmente exista algún día.
Finalmente el invierno tenía razón. Lo ideal, lo fascinante no está si no en nosotros. 
Hoy, como nunca me he dado cuenta. Afuera no encontraré nada, quizás una daga mortal, que no haga más que ensuciar mi alma, vaciar su odio y, como de costumbre, construir lo que hoy somos.
La vergüenza ya no sirve, lo moral solo ríe...





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